Una tarde de verano me adentré en un caminito de la Vega de Granada buscando un centro en el que hacer encuestas. En ese camino me sorprendió el
Cortijo La Matanzauna Asociación Cultural que ofrece deliciosos platos en un ambiente informal y muy acogedor.
El domingo estuvimos allí, hacía sol y la cerveza estaba fría. Entonces, me alegré de no ser vegetariana, me perdí en el olor que desprende la carne cuando se cocina con leña y hubo un final feliz con panqueques y mousse de arroz con leche.
La visita al cortijo superó mis expectativas, por lo que recomiendo el sitio a quienes saben apreciar la comida con todos los sentidos.
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