Realizados los trámites para la compra de un coche con espacio suficiente para toda la familia, se me vuelve a plantear la cuestión de si realmente lo necesito o simplemente me dejo llevar por las normas del sistema consumista.
Sinceramente, creo que con el paso de los años me estoy aburguesando, y no lo digo sólo por la compra de un automóvil que consume más. Son varios los indicios que me llevan a pensar que cada vez estoy más atada a las cosas materiales. Porque no es lo mismo ir con una maleta de un piso alquilado a otro, que tener un piso en propiedad (aunque realmente sea propiedad del banco) en el que vas acumulando objetos y facturas que actúan com un hilo invisible que cosigue dejarte bien amarradita.
Mis necesidades van cambiando y no sé si yo también cambio con ellas.
Fotografía de Denis Darzacq
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